En la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD), las escrituras, los sacramentos y las ordenanzas ocupan un lugar central en la vida religiosa y espiritual de los miembros. Estos conceptos, profundamente conectados con las enseñanzas de José Smith y las revelaciones que constituyen la base del mormonismo, reflejan la noción de restauración del evangelio original de Jesucristo. Entre los aspectos más significativos del mormonismo se encuentran tres prácticas fundamentales: el bautismo, el sellamiento y el trabajo vicario. Estos sacramentos no solo tienen un propósito en la vida terrenal de los creyentes, sino que también poseen un significado trascendental en la vida después de la muerte, formando la base de la teología mormona sobre la salvación, la exaltación y la unión familiar eterna.
A continuación se profundiza en estos tres sacramentos esenciales en el mormonismo, analizando sus bases en las escrituras mormonas, su significado doctrinal y su implicación en las prácticas y creencias de los fieles.
I. El Bautismo: La puerta de entrada a la salvación
1. La naturaleza del bautismo en el mormonismo
El bautismo en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es considerado no solo un acto simbólico, sino una ordenanza esencial para la salvación. Según las enseñanzas mormonas, el bautismo es el primer paso para alcanzar la vida eterna, y por lo tanto, es obligatorio para todas las personas que alcanzan la edad de la responsabilidad, generalmente a los ocho años.
El Libro de Mormón establece claramente la importancia del bautismo como el medio para la remisión de los pecados. En el libro de 3 Nefi, capítulo 11, Cristo mismo establece el bautismo como necesario para entrar en su reino: «Arrepentíos y bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de vuestros pecados». Este mandato no solo se aplica a la vida terrenal, sino que también tiene implicaciones en la vida después de la muerte.
2. La autoridad para bautizar
Una característica distintiva del mormonismo es que el bautismo solo es válido si se realiza por la autoridad del sacerdocio de Melquisedec, un sacerdocio restaurado a través de José Smith y conferido por seres celestiales, como los apóstoles Pedro, Santiago y Juan. Esta autoridad sacerdotal se considera esencial para la validez de todas las ordenanzas, incluyendo el bautismo. El proceso de ordenación al sacerdocio es visto como un requisito previo para realizar el bautismo de otros.
La práctica del bautismo por inmersión total también es significativa en la tradición mormona, simbolizando la muerte al pecado y el renacimiento en una nueva vida dedicada a Cristo. Esto contrasta con otras denominaciones cristianas que practican el bautismo por aspersión o efusión.
3. El bautismo por los muertos
Una de las doctrinas más distintivas del mormonismo es el bautismo por los muertos, una práctica que se basa en la creencia de que los que mueren sin haber recibido el evangelio tienen la oportunidad de ser bautizados a través de sus descendientes vivos. En la Doctrina y Convenios (Sección 124:29), se enseña que los vivos pueden ser «bautizados por los muertos», ofreciendo a aquellos que han partido la oportunidad de aceptar el evangelio en el más allá. Este acto de trabajo vicario se realiza en los templos mormones y refleja la idea de que la salvación es un esfuerzo colectivo y generacional.
II. El Sellamiento: La unión eterna de familias
1. El concepto de sellamiento en el mormonismo
El sellamiento es una ordenanza única en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que se realiza en los templos. A diferencia de los matrimonios civiles, el sellamiento tiene una dimensión eterna, ya que se cree que los matrimonios y las familias selladas permanecen juntos después de la muerte, en el reino celestial. Esta doctrina se encuentra en la revelación dada a José Smith en Doctrina y Convenios (Sección 132), donde se describe cómo los matrimonios sellados en el templo son «para siempre», asegurando la exaltación de los esposos y la unión eterna de sus descendientes.
El concepto de «exaltación» en el mormonismo está relacionado con alcanzar la vida eterna en la presencia de Dios, siendo parte de una familia celestial. El matrimonio y la unión familiar, por lo tanto, no solo son importantes en esta vida, sino que son cruciales para la vida después de la muerte.
2. El proceso del sellamiento
Para que el sellamiento sea válido, debe realizarse en un templo mormón por un miembro del sacerdocio autorizado. El proceso involucra una ceremonia solemne en la que los cónyuges se prometen fidelidad mutua no solo en esta vida, sino en la eternidad, con la esperanza de alcanzar la exaltación. Los niños nacidos dentro de un matrimonio sellado son considerados «sellados» automáticamente a sus padres, lo que garantiza su lugar en la familia eterna.
El sellamiento también se extiende a las generaciones pasadas, de modo que los descendientes de los miembros pueden realizar ordenanzas para sus antepasados, asegurando que las familias permanezcan unidas a través del tiempo y la eternidad. El sellamiento se considera la ordenanza más importante después del bautismo, ya que define la relación eterna entre los miembros de una familia.
3. La implicación teológica del sellamiento
El sellamiento tiene profundas implicaciones teológicas en el mormonismo, ya que desafía la noción cristiana tradicional de la vida eterna. En la mayoría de las denominaciones cristianas, la salvación personal y la relación con Dios son aspectos centrales de la vida después de la muerte, pero el mormonismo pone un fuerte énfasis en la salvación de la familia y la comunidad. Esto refleja una teología que ve la vida eterna no solo como un destino personal, sino como un viaje colectivo, especialmente en términos de la unidad familiar.
III. Trabajo Vicario: La salvación a través de la genealogía y las ordenanzas en el templo
1. El principio del trabajo vicario
El trabajo vicario es otra práctica distintiva del mormonismo que se centra en realizar ordenanzas (como el bautismo y el sellamiento) en nombre de aquellos que han muerto sin tener la oportunidad de recibir el evangelio. Este principio se basa en la creencia de que, aunque las personas muertas no pueden actuar por sí mismas, sus descendientes vivos pueden actuar en su nombre para ofrecerles la oportunidad de la salvación.
El trabajo vicario se realiza principalmente en los templos, donde los mormones realizan bautismos por los muertos, entre otras ordenanzas. Esta práctica está fundada en la doctrina de que la salvación es colectiva y generacional, no solo individual. El Libro de Mormón y la Doctrina y Convenios presentan varias enseñanzas que sugieren que la obra de salvación no se limita a los vivos, sino que también incluye a los muertos. En Doctrina y Convenios (Sección 128:15), se declara: «Y en cuanto a los muertos, también es necesario que se realicen por ellos ordenanzas de salvación».
2. La genealogía como herramienta de salvación
La genealogía tiene un papel central en la práctica del trabajo vicario en el mormonismo. Los miembros de la iglesia son animados a investigar y mantener registros genealógicos de sus ancestros. Estos registros son cruciales para realizar el trabajo vicario en los templos, ya que solo se pueden realizar ordenanzas por aquellos antepasados que han sido identificados y registrados. Esto implica una profunda inversión en la genealogía familiar, que se considera no solo una labor de investigación histórica, sino una misión espiritual que vincula a las generaciones pasadas con las presentes y futuras.
3. El propósito final del trabajo vicario
El trabajo vicario no solo busca salvar a los muertos, sino también proporcionar un medio para que las familias sean unidas por siempre. Esta práctica subraya el énfasis del mormonismo en la familia y la salvación colectiva. A través de la realización de ordenanzas en nombre de los antepasados, se cree que se ofrece la oportunidad de alcanzar la salvación a aquellos que, por diversas razones, no pudieron escuchar el evangelio durante su vida.
Conclusión
El bautismo, el sellamiento y el trabajo vicario son tres pilares fundamentales en la teología y práctica del mormonismo. Estas ordenanzas no solo son vistas como rituales de purificación o unión temporal, sino como medios divinos para alcanzar la exaltación y la vida eterna. La centralidad de la familia y la creencia en una salvación colectiva, que abarca tanto a los vivos como a los muertos, distingue al mormonismo de otras tradiciones cristianas. Al comprender estos sacramentos y su base en las escrituras mormonas, podemos apreciar la profundidad teológica y espiritual que los mormones asignan a cada uno de estos actos, reflejando una visión del mundo donde la salvación es una tarea compartida y trascendental.