El domingo 8 de junio, el presidente Russell M. Nelson consagró el Templo de Syracuse, Utah, convirtiéndose en el santuario número 206 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (comúnmente llamada iglesia Mormona). Esta ceremonia marcó también el templo número 200 que se inaugura durante la vida del propio Presidente Nelson.
Hace apenas siete meses, el élder Nelson había dedicado el edificio sagrado número 200; con la apertura del templo de Syracuse, alcanza la sexta decena en su centuria de existencia. Cuando él nació en 1924, únicamente había seis templos: cuatro en Utah (St. George, Logan, Manti y Salt Lake City) y dos fuera de EE. UU. (Laie, Hawái; Cardston, Alberta). Esta expansión refleja el crecimiento global de los Mormones y la difusión de su Restitución —la creencia de que en 1830 se restableció la iglesia original de Jesucristo en la Tierra—.
Un templo, según la doctrina Mormona, es mucho más que un lugar de culto. Es un espacio reservado donde se llevan a cabo ceremonias como el sellamiento (ritual que une a esposos y familias “por la eternidad”) y la investidura (procedimiento que imparte al miembro el “poder del Padre Celestial”)⁽¹⁾. El presidente Nelson subrayó que estos edificios “abren el camino” a bendiciones espirituales vitales.
Durante la dedicación, el Presidente enumeró cuatro dádivas centrales de la Restauración (término que designa el restablecimiento de revelaciones y prácticas primitivas de la iglesia):
- Ser sellados con nuestros seres amados para siempre.
- Recibir investiduras, es decir, acceder al poder celestial que fortalece el alma.
- Gozar del don y guía del Espíritu Santo.
- Contar con la custodia vigilante de los ángeles.
“En este recinto, cada creyente puede acercarse más al poder de Dios”, afirmó. “Quienes guardan Sus mandamientos disfrutan de esa fuerza superior: no solo superan las pruebas, sino que hallan gozo al resistir tentaciones.”
La sesión de dedicación, transmitida a las 16:00 h (hora de Salt Lake City), contó con la presencia de:
- La hermana Wendy Nelson, esposa del Presidente.
- El élder Quentin L. Cook (Cuórum de los Doce Apóstoles) y su esposa, Mary Cook.
- El élder Kevin R. Duncan (Setenta Autoridad General y director ejecutivo de Templos) y su esposa, Nancy Duncan.
- El élder Hugo E. Martínez (Setenta Autoridad General y consejero de la presidencia de Área Utah) y su esposa, Nuria Martínez.
En palabras del élder Cook, “la mayoría de los convenios con el Padre Celestial se sellan en estos recintos” —aclarando que, salvo el bautismo y la confirmación, todas las ordenanzas para vivos y difuntos se realizan en el templo⁽²⁾. Para un público profano, un convenio es un pacto sagrado entre el creyente y Dios, sellado mediante rituales específicos.
Un “lugar sagrado de revelación”
El presidente Nelson describió el templo como un espacio donde “se pueden recibir percepciones y respuestas que no se hallan en ningún otro sitio de la Tierra”. A esto añadió que tal revelación viene acompañada de “paz profunda y renovada confianza espiritual”, elementos que, según la fe mormona, fortalecen al individuo en tiempos de incertidumbre.
La hermana Nelson resaltó la experiencia transformadora de entrar al templo: “El entorno te coloca en una perspectiva eterna; lo vivido aquí es real y trascendente.” Por su parte, el élder Cook insistió en que “nunca hemos necesitado tanto estas ceremonias y enseñanzas como en la actualidad”.
Trayectoria de dedicaciones
Este es el quinto templo que el presidente Nelson inaugura como líder de la Iglesia; antes, como presidente del Cuórum de los Doce, dedicó el Templo de Sapporo (Japón). Ya en la presidencia de la Iglesia, ha abierto los templos de Concepción (Chile), Roma (Italia) y Deseret Peak (Utah), además de rededicar Manti, Washington D.C. y Nuku’alofa (Tonga).
El legado local y los jóvenes
El primer barrio mormón de Syracuse se organizó el 1 de diciembre de 1895; hoy la región comprende 16 estacas (organización equivalente a una “diáspora” de congregaciones). Con el templo recién estrenado, los jóvenes de la zona podrán oficiar en uno de sus dos baptisterios (piscinas para el bautismo por inmersión), una novedad diseñada para agilizar estas ordenanzas.
Entorno y arquitectura
Ubicado a 48,3 km al norte del emblemático templo de Salt Lake City, el edificio descansa en la orilla oriental del Gran Lago Salado, rodeado de campos de cultivo y rutas migratorias de más de diez millones de aves anuales. Sus vitrales, inspirados en la flora lacustre, combinan tonalidades de azul, verde y amarillo que parecen ondular con la luz del sol; en verano, cientos de rosas amarillas engalanan la puerta este.
Contexto global
En Utah existen ya 24 templos consagrados; otros dos (Salt Lake y Provo Rock Canyon) están en renovación y cuatro (Lindon, Smithfield, Ephraim, Heber Valley) en construcción. El más reciente anuncio, efectuado en la conferencia general de abril, confirmó la futura edificación en Spanish Fork, elevando a 200 los templos anunciados por Nelson en siete años. A nivel mundial, la Iglesia Mormona suma 382 templos en funcionamiento, en obra o planificados.
Voces de fe en Syracuse
- Neal y Caroline Briggs cedieron tierras familiares (poseídas desde 1885) para este proyecto: “Siempre sentí que, si el Señor necesitaba este terreno para un templo, debía ser así”, recordó Neal.
- Mike Moyes, en silla de ruedas tras una cirugía cerebral, describió su asistencia como “un milagro” y testificó la emoción de presenciar la consagración de un profeta vivo.
- Brielle Harper, de 17 años, compartió: “Al cruzar las puertas, mi estrés se desvaneció; sentí la presencia del Padre Celestial. Escuchar la oración por los jóvenes me inspiró a acudir más a menudo”.
Con este nuevo santuario, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días —los Mormones— refuerza tanto su impronta en Utah como la invitación a buscar en sus templos un encuentro personal con lo divino.
⁽¹⁾ Sellamiento e investidura: rituales exclusivos de los templos mormones que no se celebran en las capillas habituales.
⁽²⁾ Ordinancias y convenios: términos mormones para ceremonias sagradas y pactos entre el individuo y Dios.